A los 87 años, falleció Gabriel García Márquez en su casa de México y con él, su praxis literaria que supo conjugarla con lo periodístico y lo político. Con “Cien años de soledad” se abrió camino en el mundo de las letras para, luego, obtener el Premio Nobel de Literatura en 1982.
Muchas y muchos de nosotros no nos olvidamos del periodista y del escritor. Porque fue el que utilizó su escritura como arma de combate a través del periodismo, de sus cuentos y de sus novelas para reflejar la realidad latinoamericana.
Amigo de Fidel y férreo defensor de la Revolución Cubana, supo involucrarse en los asuntos de su tiempo incluyendo la mediación por los Cinco Héroes Cubanos ante Bill Clinton.
Y hoy lo homenajeamos en forma simple, como lo hubiera deseado…
Macondeando
Supiste ver a tu tierra
para dar cuenta de la barbarie del hambre,
de ese coronel que solamente entierra
tras el fuego de su fusil en medio del humano enjambre.
Defendiste ese ideal de izquierda con aguda sierra
para aquellos que, todavía, pretenden sembrar lo pobre
en el medio del huracán embravecido que aterra,
de ese capital que solo lleva pesadumbre.
Fuiste la llama incandescente para ese hecho que narra
esa pluma rápida que descubre
ese gris escondido, con esa garra,
con ese coraje y valentía para dar cuenta de esa pesadumbre.
Nos has dejado macondeando en este mundo que no ahorra
en dolor y sangre, pero tus páginas nos revelan al hombre
que supo ver en el medio de esa puta oscuridad, la que encierra,
que duda cabe, ese misterio que perturba: el hambre.
¡ Hasta la victoria siempre, Gabo !
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