Militancia y discapacidad

Disc-lucha

Muchas repercusiones tuvo la nota Marché..., en las redes sociales, con motivo de mi participación en la marcha del pasado 24 de marzo, a 40 años del golpe genocida. Y las esperaba, teniendo en cuenta lo que he relatado en ella. Sin embargo, además de comentar algunas de las ideas de compañeras y compañeros con o sin discapacidad, intentaré esbozar algunas ideas sobre la militancia política y social de los integrantes del colectivo con el fin de alentar su participación en esta coyuntura donde serán los más perjudicados por las últimas medidas económicas, con respecto al incremento de precios de la canasta familiar y la insuficiente cobertura socio - sanitaria, al igual que el escaso monto de las pensiones y jubilaciones que perciben.

Con respecto a la marcha del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, debo aclarar que siempre he tratado de hacer una cobertura propia, pero esta vez, además del homenaje a las y los luchadores con discapacidad detenidos - desaparecidos, me he encontrado con que mi cámara de fotos no funcionaba, no disponía de una filmadora y la grabadora de audio portátil, en honor a la verdad, no sé que tiene pero le cuesta funcionar. Por eso preferí tomar algunas imágenes de compañeras y compañeros de los medios alternativos para ilustrar mis notas, pero no lleva mi propia mirada acerca de lo que ocurrió. Y por si fuera poco, siempre estuve cerca de la cabecera para ello en cada movilización que participaba.

Desde luego, aprovecho para agradecer las palabras de Gustavo Robles, del Partido Comunista de los Trabajadores y de Estela Pereyra, del PRT. Ambos han demostrado esa particular sensibilidad que los caracteriza. Pero no me puedo partir en dos. Los aprecio en el fondo de mi alma y puede ocurrir que alguna o alguno se sienta mal porque no marché con ellas y ellos. Como conozco, aunque sea de vista, a varias y varios compañeros prefiero la cabecera que une a todas y todos.

Otras palabras me llegaron más profundo. "Recordar a mi madre que era mirada despectivamente cuando hacia flamear las banderas del Che o de Victor Jara, solo por ser evidente paciente psiquiátrica, creo que hay muchas cosas que cambiar, una de ellas los egos y absurdas vanidades de lugares prioritarios que muchos quieren ocupar para la apariencia". Fueron escritas por la compañera Paula Fojo, a quien conocí en el Acampe Qom durante el año pasado, reflejando una realidad que siempre se esquiva: la de las personas con discapacidad mental. Pero tampoco se olvidó de una compañera como Claudia Blanco, quien sigue filmando cada marcha a pesar de su discapacidad motriz: "Tenemos a una cumpa que se encarga de filmar y hacer entrevistas que tiene problemas en su pierna y no puede caminar rápido, el 25 se cayó en un pozo saliendo de una reunión en Pañuelos en Rebeldía... Así tantos y tantos que quieren acercarse y x todas estas razones no pueden". Y lo que afirma es otra realidad: nuestras veredas porteñas y las de muchas ciudades del interior de nuestro país no están hechas para quienes tienen movilidad reducida y me animaría a ampliarlo al resto del colectivo. Por ejemplo, un sordo con Síndrome de Menière, donde su equilibrio pende de un hilo; un ciego, que no siempre logra advertir el desnivel de una baldosa o un hipoacúsico, como quien esto escribe, cuya estabilidad no es la deseable por su misma patología. Ello lo podemos ampliar a las personas mayores y mujeres embarazadas pues, en ambos casos, no tienen el equilibrio necesario por sus propias condiciones.

Entre corredores y cercos

Hay varias razones por las cuales las personas con discapacidad tienen una escasa participación en las movilizaciones. Son muchas, pero vamos a esbozar algunas de ellas. La primera, es la ausencia de seguridad para poder marchar en forma cómoda y sin dificultades, y la segunda, es la notoria cooptación de las organizaciones que, en teoría, "aducen" representar al colectivo o a una comunidad de éste, cuando en realidad hablan por izquierda y cobran por derecha.

Con respecto a la primera, dependerá del nivel de conflicto que pueda preverse en cada marcha y así lo comentaba el Pela Lo Iácono: "Este año se armó bien la columnita protegida de la cabecera y la gente cuando se le explicaba que las personas más fundamentales de la cabecera son de promedio 90 años entendían lo que de otra manera sería un "desmedido operativo de cordón" por decirlo de forma grosera. Hay muchas cosas que corregir pero lo basico está que todos conspiramos juntos para que la cosa salga bien...". Se sabía que esta conmemoración de los 40 años del golpe no iba a ser riesgosa -aunque nunca falta alguna o algún inadaptado- por lo cual el corredor dispuesto por la organización fue lo más atinado. Pero también muchas y muchos colegas del periodismo también tienen que empezar a respetar las reglas. Se "matan" por una foto o una nota con algunos integrantes de la cabecera y ello impide, como ocurrió, organizar el paso de la marcha. Y lo digo con todo respeto, para que nadie se ofenda.

Distinto sería el caso, si pudieran existir corridas en el camino. No va a ser la primera ni la última vez que ello ocurra ante una provocación o una embestida represiva. Y el compañero y colega ya mencionado así lo aclaraba: "Justamente eso falta mejorar y asegurar que no haya corridas, no puede ni debe haberlas y si las hay, garantizar que toda la gente pueda estar allí tranquila...". Es otra cuestión para pensar. Ya sea una vía de escape o bien, preservarlas con un cordón detrás de la cabecera para que tengan tiempo de salir del choque o represión que pueda ocurrir. Son ideas que habrá que ir trabajando entre todas y todos en esta coyuntura de luchas compartidas en el medio de despidos masivos y tarifazos cruentos.