Contra la maldita impunidad

28 - 09 - 14 - Afiche Acto Clemente Arona

Pasaron 15 años del asesinato de Clemente y parece que fue ayer. O fue hace 8 años, cuando Julio López desaparecía por segunda vez. O menos todavía, en aquel verano de 2009, cuando Vanesa Orieta comenzó a buscar a su hermano Luciano. El común denominador es la maldita impunidad, la misma que siguen gozando aquellas bestias de uniforme, cualquiera sea su color, para continuar sus vidas sin pagar por sus crímenes.

Contra ella, vamos a estar este domingo en Venado Tuerto para acompañar a Ana Braghieri, esa madre coraje que nunca se rindió ni se rendirá. La misma que conocí cuando apenas empezaba con este humilde medio. De frases cortas y contundentes. De gritos firmes frente a la injusticia y contra el mortal capitalismo.

Sucede que la impunidad es un mal extendido. Cada vez más en nuestro país. Porque no se trata solamente de la mera coima por una obra pública o la licitación a medida. Tampoco de los manejos de la democracia burguesa para satisfacer a la clase dominante, a la oligarquía terrateniente y a los nuevos ricos en onda verde. Porque nos está afectando a todas y a todos. Pero sobre todo a las y los pibes pobres de toda pobreza, a quienes pretenden llevar para los turbios negocios.

Pero este mal persiste porque la sociedad ha naturalizado, ha internalizado que debe ser así. Y eso es lo grave. A Clemente lo mataron. A Julio y a Luciano los desaparecieron. Pero ni el poder político ni la sociedad civil han puesto el grito en el cielo por ese brutal cercenamiento a la vida y a la dignidad humana. Del poder económico nada podemos esperar, cuando son los grandes titiriteros de esta democracia falsa donde los gobiernos son simples gerentes.

Maldita impunidad que es alimentada por el encubrimiento y que, a la vez, reproduce las mayores perversidades en lo público y en lo privado. Acompañada y acunada por una justicia de clase que lo permite e inclusive, junto con los uniformes, arma causas a todo aquel que pretenda defender sus derechos o protege y facilita la fuga de ex policías como Naredo y González; el primero, asesino de Jon Camafreitas y el segundo, de Santiago Casal.

Ponemos el cuerpo por Clemente, pero también por todas y todos los que cayeron a manos de estos verdaderos genocidas de ayer y de hoy.

Ponemos el cuerpo para seguir pidiendo castigo, como bien expresa el audio de Gabriel Zarich. Es necesario hacerlo ante una sociedad que apenas escucha y para que las y los trabajadores, estudiantes y militantes se sumen a la lucha.

Y los invitamos a concurrir al acto de este domingo en la Plaza San Martín. Allí estaremos junto a Vanesa, el Beto Olivares; Lisandro Brusco, de la Casa de la Memoria de Rosario; Pablo Álvarez, de Alapalabra y por supuesto, con Ana, esa madre coraje que tiene Venado Tuerto...

Hoy estaremos en la Plaza de Mayo

18 - 09 - 14 - Julio Lopez - 8 años

Por Julio. Por Luciano. Por todas y todos los desaparecidos en democracia. Porque es hora de terminar con la impunidad. Porque Milani y Berni no pueden seguir estando en sus cargos.

Porque la represión ya se ha hecho costumbre y es hora de hacernos escuchar frente a una sociedad que no se da cuenta de lo que se viene. Da lo mismo el kirchnerismo, como el sciolismo, el massismo o el macrismo. Son todos claros ejemplos de una derecha que no descansa.

Porque estamos cansados de escuchar que es el "Gobierno de los Derechos Humanos", cuando los viola en todo tiempo y lugar apelando al hambre, al abandono de las y los pobres, los pueblos originarios y las personas con discapacidad.

Con Adriana, empezamos en el 2006 y hoy debemos continuar la lucha por Julio y por todos aquellos que esta democracia sigue desapareciendo y matando.

Por eso, hoy iremos a la Plaza de Mayo porque queremos preguntar ¿Dónde está Julio López?.

No olvidamos

Lopez - Adriana

Pasaron ocho años y acá estamos,
la impunidad sigue viva,
en esta Plaza que sentimos
tan nuestra como tu testimonio con voz altiva.

Antes, con Adriana acompañamos
ese grito de justicia, que siempre se reaviva,
y hoy volveremos
con más fuerza para hacerla masiva.

Acá estamos, Julio, porque no olvidamos
aunque el poder siga masacrando los sueños, eso nos motiva,
tampoco perdonamos
a un gobierno que se dice nacional y popular que no te nombra y siempre te esquiva.

Y porque no nos reconciliamos,
volvemos a la Plaza porque te seguimos buscando, con mirada emotiva,
en el medio de la perversidad de tu ausencia que bien conocemos
y que no dejaremos pasar al poder, que solo cuida su manada cautiva.

¡ Hasta siempre, China Zorrilla !

China-Zorrilla-Plaza de Mayo

Hace ya unos cuantos años militaba junto a Gladys Ferrara por los derechos de las personas con discapacidad. No me acuerdo bien, ni cuando, a alguien se le ocurrió convocar a China Zorrilla para que nos acompañe un rato en una marcha que íbamos a hacer y nos firme el petitorio que ibamos a presentar en esa oportunidad.

Como siempre, éramos pocos en esa mítica Plaza de Mayo. Se sabe que los problemas de accesibilidad y de transporte son los más comunes para el colectivo que integro desde mi condición de persona con discapacidad auditiva. Por supuesto, nunca imaginaba que iba a venir.

Sin embargo, la vimos bajar de un taxi y se acercó a quienes estábamos allí. Pronto se puso a conversar con nosotros y sobre todas las cosas, a escucharnos. Y nos acompañó como también firmó el petitorio que le presentamos. Se quedó un poco más de una hora, pero nos dejó la huella de su humanidad.

Hoy puedo recordar su obra actoral, pero esta actitud solidaria que tuvo, al conocer la noticia de su muerte, la recordé al instante. Y la foto que ilustra esta nota, la encontré de casualidad en Internet. Sé que hay dos fotografías, nada más, de este encuentro fugaz con su calidez, no con la actriz...

Se fue con 92 años bien vividos. Y con su deseo cumplido: morir en su Uruguay natal. Pero siempre estará conmigo y con todo el colectivo de las personas con discapacidad, pues nos mostró su profunda generosidad y su gran amplitud para comprender las dificultades humanas.

¡¡ Hasta siempre, China !!

Racismo inmortal

Meta Bala

No es casualidad el título de esta nota. El pasado jueves se conmemoró el "Día del Maestro" con motivo del aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, a quien la historia oficial de Bartolomé Mitre bautizó "Padre del Aula" y cuyo homenaje suele ser reivindicado por la burguesía. Basta recordar la obligatoriedad de entonar el Himno a su persona en los actos escolares de la Ciudad de Buenos Aires, impuesta por el macrismo desde la gestión del Dr. Mariano Narodowski.

Pero también es reverenciado, en mayor o menor medida, por el kirchnerismo a través de la nueva historia oficial, de cuño revisionista, por su labor al frente de la Dirección General de Educación (de Escuelas) en la segunda mitad del siglo XIX, donde apenas aparece la faceta racista, xenófoba y discriminatoria del sanjuanino.

Sin embargo, sus ideas proclives al racismo, la xenofobia y la discriminación se han ido perpetuando a través del tiempo y forman parte del ideario de la clase dominante; antes, la oligarquía terrateniente y hoy, el poder económico local en alianza eterna con el imperialismo que sigue manejando los hilos de la marioneta nacional a través de los nostálgicos y actuales actores del neoliberalismo de los ' 90, el cual nunca se fue y amenaza con volver recargado después de las elecciones generales del año próximo.

Basta recordar algunos trazos de sus escritos para dar cuenta de ese ideario que, por supuesto, no se enseña en nuestras escuelas para rescatar al bronce, antes que al político, al periodista y al hombre liberal que esto afirmaba sobre los pueblos originarios: “¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. (“El Progreso”, 27 de septiembre de 1844) “Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos, sin poderlo remediar, una invencible repugnancia, y para nosotros, Colo Colo, Lautaro y Caupolicán, no obstante los ropajes civilizados y nobles de que los revistiera Ercilla, no son más que unos indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar y colgaríamos ahora, si reaparecieran en una guerra de los araucanos contra Chile, que nada tiene que ver con esa canalla”. (Extractado de: Nueva Crónica de la Conquista del Tucumán, de Roberto Levillier, Madrid, 1926) o sobre los mismos gauchos: “Tengo odio a la barbarie popular… La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil… Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas”. (Carta a Bartolomé Mitre, del 24 de septiembre de 1861) (1).

Otra expresión ligada a la pobreza y a la discapacidad, la denota esta frase del discurso pronunciado el 13 de septiembre de 1859 en el Senado de la Provincia de Buenos Aires: “Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer”. (1).

Era el pensamiento de una generación que miraba a Europa y en particular, al Imperio Británico que se consolidó con las presidencias de Avellaneda y del genocida Julio Argentino Roca.

Volvemos al siglo XXI y este ideario sigue en nuestra clase dominante, en nuestra burguesía, de la mano de la construcción mediática a raíz de hechos de "inseguridad". No es novedad que nuestra clase media afirme los valores sarmientinos. Ocurre que la institución escuela, como aparato ideológico del Estado, se ha ocupado que así se perpetúen. Por eso no extrañan, por ejemplo, las expresiones del Super Berni al culpabilizar a los inmigrantes por los delitos que ocurren, desde el mismo kirchnerismo o del actor Ivo Cutzarida, que vuelve a promover el meta bala de Ruckauf.

Sin embargo, los prejuicios del siglo XIX siguen vigentes. Toda aquella persona que no se ajuste a las normas y valores del capitalismo debe ser combatido y desechado para beneficio del "poder de la clase culta". No debemos olvidar que justamente el prejuicio es el fundamento del racismo, la xenofobia y la discriminación.

El secretario, casi ministro, de Seguridad olvida el Informe Anual 2012 del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP), en el cual se manifiesta que el 5% de la población carcelaria es oriunda de países limítrofes y de Perú y otro 1%, de otros países. Como siempre, al igual que el inefable Mauricio Macri, la culpa es de los de "afuera". Más racismo y xenofobia es imposible.

Por otro lado, el actor que mencionamos declaró en varios programas televisivos que "corta la bocha. Al tipo que sale armado a robar hay que hacerlo mier... A mí qué carajo me importa la razón por la cual vos salís y matás. Yo te quiero muerto o preso" y propuso su colaboración: "Si me necesitan, tantos los intendentes de Sergio Massa, como los de Mauricio Macri o los de Daniel Scioli, tengo ganas de juntar a los chicos de los barrios más marginales y leerles un par de cosas que a mí me hicieron bien, como por ejemplo, los consejos del Martín Fierro a sus hijos y algunos párrafos del Evangelio". (2).

Sin dudas, existe un racismo inmortal. Nuestra clase media en lugar de pensar como tender una mano para colaborar con los pobres, prefiere la muerte lisa y llana de éstos y en el caso de aquellos que les roban, arman un Fuenteovejuna como ocurrió con David Moreira en Rosario.

Ahora bien, frente a esta problemática nos queda el sabor amargo que, mientras se continúe perpetuando el ideario sarmientino, el racismo, la xenofobia y la discriminación gozarán de buena salud. Al Estado y a la sociedad no le interesa "cortar la bocha" para erradicar estas ideas. Solamente le interesa el "capitalismo en serio". Así estamos...

NOTAS:

(1) Ver en El "Maestro" en palabras (Puntal.com.ar): http://www.puntal.com.ar/imprimir_noticia_portal.php?id=101081

(2) Ver en Emocionado, Ivo Cutzarida lanzó su propuesta contra la inseguridad (Infobae) - http://www.infobae.com/2014/09/12/1594385-emocionado-ivo-cutzarida-lanzo-su-propuesta-contra-la-inseguridad

Entre recuerdos y resistencias

51

Un año más. No es poco. Aunque pinte el viejazo, como me está ocurriendo, sigo resistiendo en el medio de este berenjenal que algunos llaman mundo. Y los recuerdos aparecen como arte de magia en el medio de un balance imaginario. De Paternal a Caballito, hay genes que se importan pero que uno se da cuenta, tal vez, por cosas que le suceden en lo cotidiano.

Recuerdo el Fiat 1500 blanco de mi padre y esa estación de madera a la cual iba a ver los trenes cuando andaba en bicicleta. Resulta emblemático que todavía me acuerde de pasos, cosas y situaciones vividas en los 12 años transcurridos en el barrio de Raymundo Gleyzer. Sí, ahí nomás de la plazoleta que hoy lleva el nombre del cineasta desaparecido e ineludible referencia de mi presente periodístico. Y el tren siempre estuvo presente. Ahora, en Caballito. Pero sigo ansiando volver a las casas bajas, con fondo y con verde. No sé si lo lograré, pero al menos quisiera llegar a estar en alguna de ellas y rodeado de perros. Sueños que espero cumplir alguna vez.

Y el Che me sigue acompañando. Porque sigo luchando contra la injusticia. Contra la pobreza extrema. Contra el capitalismo. Contra el imperialismo y el sionismo. Y porque está lleno de amor. De lo contrario es imposible odiar, como dice el compañero y amigo Alfredo Grande.

Todavía sueño. Entré en la segunda parte de mi vida. Definitivamente. Iré más despacio. Ya no corro como antes. Pero todavía tengo la lucidez para ser preciso cuando ello es necesario. 51 años no es moco de pavo.

Y la vida es sueño, es canto y es alegría. Hoy celebro con algunas y algunos compañeros. Con otras y otros también habrá oportunidad. Para seguir soñando, cantando y alegrando nuestra existencia. Que, por supuesto, no es poca cosa en tiempos de relatos desleídos por una realidad candente y que lastima.