Emociones vieytesianas La foto nos muestra otro patio. Muy distinto, por cierto, al que conocí a partir de 1977 en donde las filas de estudiantes eran infinitas y...

Emociones vieytesianas

Museo Vieytes 03

La foto nos muestra otro patio. Muy distinto, por cierto, al que conocí a partir de 1977 en donde las filas de estudiantes eran infinitas y el silencio era la única voz permitida. Era llegar al colegio, pasar por el censor de pelo, que algunos evadían de las más diversas formas y modalidades, para llegar al saludo del turno.

Fue el primer contraste que, aunque no llegué a verlo porque mi cuerpo ya no me aguantaba, pude constatar con emoción contenida. Fue esa Noche de los Museos, la que abrió recuerdos buenos y malos. Y sucedió en aquel edificio donde se acuñaron algunas facetas de mi personalidad a lo largo de los años transcurridos. Si bien el odio a los uniformes se fue incubando con cada pedido de documentos, el uso del saco azul y el pantalón gris me terminó de dar rienda a mi libertad de vestirme. Y eso se lo envidio a las y los estudiantes de hoy.

Pero la alegría se contagia. Y eso fue lo que ocurrió durante la noche del pasado 31 de octubre. Un mago, tango y hasta una banda, junto al Vieytes Radio en vivo, daban otra cara distinta al Vieytes. Sin dudas, comenzó el regreso al barrio, a pesar de estar cercado por casi 40 escuelas privadas, cuya matrícula podría estar en esas aulas donde viví agridulces momentos.

Me reencontré con el laboratorio, con los viejos pupitres, con viejas fotos de la Feria de Ciencias, aquellas en donde el corte marcial es evidente como el desfile de las autoridades. Otros años, otras épocas.

No faltó el reencuentro con algún viejo compañero y la alegría de ver funcionar mi viejo amor: la radio. Emociones y sensaciones intensas me iban invadiendo a lo largo de la oscuridad iluminada por la luna.

Ya es otro Vieytes. Otro colegio. Con los pibes de los barrios. Con pibes con discapacidad. Con docentes comprometidos con la escuela. Y eso no tiene precio y por supuesto, no es poca cosa en estos tiempos difíciles.

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